2012-2013: Cambio a una filosofía austera







Equipaciones


PRETEMPORADA



La absorción de Banca Cívica por Caixabank supone un nuevo cambio de rumbo en la historia de la entidad. El conjunto de cajas que acaba siendo parte del banco catalán supone un cambio de filosofía desde los máximos mandatarios. Caixabank se encuentra como dueño de un equipo profesional de baloncesto fuera de tierras catalanas y tiene que acometer el gasto que supone aún contradiciendo la norma de no patrocinar ningún equipo deportivo, por lo que opta por realizar una tremenda reducción presupuestaria.

Bajo este cambio de manos el equipo torna a su denominación de Cajasol y dispondría de un menor margen económico de cara a acometer la configuración de la plantilla 2012-2013. Prácticamente sin opción a negociar Davis se marchó al Khimki recién concluida la campaña. El contrato que ofrecía el equipo ruso era absolutamente inalcanzable por la entidad hispalense. English no sería renovado, de hecho, tras acabar la temporada no hubo negociaciones.

El siguiente paso sería negociar con Joan Plaza la prolongación de su contrato. La historia fue peliaguda y tras varios días de negociaciones y cuando el Caja esperaba el fax del badalonés con el contrato firmado se rompieron las negociaciones y Plaza marchó a Kaunas.

Entre la búsqueda de entrenador se puso en tanteo a jugadores como Urtasun o Calloway que recibieron ofertas del Unicaja. Aíto fue el técnico elegido y su oficialización llegaba casi de la mano con el anuncio de que no se igualarían las ofertas malagueñas por el base y el escolta. Con Rubio a punto de salir empezó el goteo de contrataciones. El americano (aunque puertoriqueño) John Holland llegaba desde Francia tras la negativa de Josh Carter, Bradley Buckman llegaba tras las operaciones fallidas de Shavlik Randolph o Josh Powell. Llegaba desde Israel el norteamericano con pasaporte guineano (le ofrecía la oportunidad de jugar como Cotonou) Brian Asbury. Finalmente, se completaba la plantilla subiendo al primer equipo a jóvenes canteranos como Balvin, que sería el cuarto pívot, Burjanadze o Porzingis.

La opción de un base que ocupara el puesto de Calloway se fue al traste tras no conseguir la contratación de Heurtel. El base francés no entraba en los planes del Baskonia pero el Caja no movería un dedo hasta que el jugador se desvinculara de la entidad vitoriana. Finalmente, el Baskonia lo retuvo y el Caja optó por trasladar a Tepic a los puestos de dirección compartiendo rol con el checo Satoransky. Casi a última hora llego el joven serbio Nikola Radicevic, que alternaría ACB y EBA, como el menudo base Guillermo Corrales.

La pretemporada tuvo muchos altibajos, teniendo en cuenta que no pudo contar con muchos de sus efectivos debido a los compromisos internacionales. No llegó con un buen número de victorias al inicio de campaña y encaraba el debut con muchas dudas, quizás aliviadas por la juventud de la plantilla.

TEMPORADA



La temporada no comienza nada bien cayendo con estrépito ante el UCAM Murcia en el estreno. Sigue acumulando derrotas importantes y sonoras en sus visitas a Vitoria (-20) y al Estudiantes (-30) que coloca al equipo a la cola de la competición.

La irrupción de Radicevic ante el Gran Canaria permite remontar un partido que tenía cuesta arriba y permite sumar el primer triunfo en competición doméstica. Pero sería un espejismo porque el Caja acumularía 6 derrotas consecutivas, algunas de ellas tremendamente dolorosas como -21 ante Obradoiro, -30 ante CAI Zaragoza o perder por 11 ante CB Canarias en casa. Por si fuera poco, Buckman caía lesionado, es sustituido por Dozier, sería cortado así como su sustituto (aduciendo problemas personales). Finalmente, el Caja conseguiría hacerse con los servicios de un Tay Williams con experiencia en Badalona y recién llegado de Alemania, tras finalizar su contrato temporal sustituyendo al australiano AJ Ogilvy.

Con Williams se consigue una sorprendente victoria en Bilbao que rompe la mala racha, acompañada de una más en la visita del GBC, rival directo por la salvación, a Sevilla en el estreno de otro fichaje, el americano con pasaporte búlgaro Rod Blakney.

Cierto es que el juego del equipo empezaba a mejorar, algunos jugadores empezaban a aportar más, como Holland, y eso empezaba a desterrar la terrible imagen de principio de temporada. Tocaba viajar a Badalona y Fuenlabrada con un colchón de dos victorias ante GBC y Manresa, absolutamente deshauciados en el inicio de competición (1-11 para cada equipo). Aún luchando los partidos, el Caja regresaba a Sevilla con dos derrotas más en el zurrón, mejores sensaciones pero con la renta sobre el descenso reducida a una victoria.

Sin embargo, el Caja va a completar un sorprendente 4-0 que le va a ayudar a encauzar la salvación de cara a final de campaña. Se gusta (94-57) ante un Valladolid con muchísimos problemas económicos y de resultados, gana con sufrimiento a Manresa, al que distancia en la clasificación, y se lleva dos valiosísimas victorias ante Unicaja y UCAM Murcia. En Málaga, el Caja se trae una victoria tras 14 años sin saborear las mieles del triunfo en la capital costasoleña con un gran partido de la tripleta Bogdanovic, Holland y Williams y con un Burjanadze que irrumpe en el partido de forma sorprendente con un triple que corta la reacción malagueña. En Murcia, guiado por el mejor Holland de la temporada, el Caja suma una nueva victoria colocándose con 7 victorias, a 2 de PlayOffs y 4 por encima del descenso.

Cuando todo empezaba a carburar el equipo vuelve a caer víctima de una sorprendente fragilidad. Derrota ante Caja Laboral en casa, ante Canarias en Tenerife y una dolorosa ante CAI Zaragoza en San Pablo con muchos lesionados, incluida la confirmación de la baja de Williams por un edema en la rodilla. El Caja vuelve a mirar hacia abajo.

Entonces el equipo vuelve a reponerse y saca dos importantes victorias ante Estudiantes en casa y una épica ante Valencia a domicilio, con partidazo de Satoransky, que lo coloca con 4 victorias sobre el descenso quedando 11 choques. La salvación estaba cerca pero el GBC venía pisando fuerte.

El Caja, aún con una buena racha a favor y con muchas posibilidades de alcanzar la salvación, contrata temporalmente a Pops Mensah-Bonsu tras las dificultades de Williams para recuperarse del problema de sus rodilla. Este fichaje, que ilusionaba a la parroquia, supuso un extraño efecto: El Caja completó otra lamentable racha de resultados sumando cuatro derrotas ante Obradoiro en Sevilla, Gran Canaria en el CID y ante Real Madrid y FC Barcelona. Lagun Aro GBC estaba a una victoria y los nervios volvían a aparecer en Sevilla y en Fuenlabrada, equipos que precedían en la clasificación a los donostiarras.

La visita del Joventut a Sevilla supuso un bálsamo a la ansiedad sevillana. De la mano de Blakney y Bogdanovic el Caja cogía aire previa visita a Illumbe, con dos victorias de ventaja ante el GBC.

El partido de Illumbe era una final. El Caja acudía con intención de ganar y si no era posible defender la renta de 16 puntos de la ida. El Caja dominó durante todo el choque pero los Morris Finley (que había cambiado la cara del GBC desde su llegada a San Sebastián), Doblas y Qyntel Woods se encargaron de aguantar a su equipo hasta conseguir el empate a una posesión del bozinazo. Aíto llamó a los suyos, dio instrucciones, Blakney botó durante toda la posesión, lanzó, falló y Pops Mensah-Bonsu, que había aportado más bien poco desde su llegada, justificó su fichaje con un palmeo sobre la bocina que dio el triunfo a los sevillanos. Tres de ventaja sobre el descenso, que eran cuatro gracias al average ganado con los vascos.

Quedando cinco partidos, el objetivo estaba al alcance de la mano. Y estaba tan fácil que en la siguiente jornada el Caja amarró la permanencia, no con honores, pues cayó de una manera ridícula ante Unicaja, pero la derrota donostiarra en la Fuente de San Luis le daba el premio de mantenerse entre los grandes un año más.

Las jornadas restantes fueron una agonía. Un equipo sin tensión y sin un rescindido por mutuo acuerdo "Pops", se dejó ir hasta el final de campaña sumando sólo ante el descendido Manresa. El Caja culminó una temporada tremendamente irregular donde quedaron retratados jugadores de contratos tremendamente altos para las nuevas posibilidades del club como Tepic o Triguero, unos americanos que cumplieron a medias (Holland en el periodo central de la temporada y Asbury al inicio). La nota positiva es que los jóvenes progresaron a la sombra de un entrenador que confió en la materia prima joven. Se acabó una complicada campaña y quedaba lo más difícil, intentar retener a lo aprovechable de la plantilla con aún menos presupuesto. Todo un reto tras una campaña donde se sufrió más de lo deseable.


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