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A finales de Agosto de 2015 el Baloncesto Sevilla se encontró con un importante contratiempo: Nikola Radicevic había tenido un verano complicado ya que a su lesión de cadera de final de año se había sumado una peritonitis y un pequeño empeoramiento de la ya comentada lesión de cadera.

El club, ante esta situación y el debut del joven Miljenovic en la competición, decidió mirar el mercado en busca de un base experimentado. Finalmente, el club se movió rápido y se hizo con los servicios del canadiense con pasaporte jamaicano (por lo que sería ficha Cotonou) Jermaine Anderson.

El menudo base de 1.88 llegaba a Sevilla tras haber disputado casi toda su carrera en Europa desde su periplo universitario en la Fordham University. Anderson llegaba con la vitola de jugador con buena mano promediando en casi todas las temporadas en Alemania, Polonia, Rusia, Croacia, Grecia o Montenegro alrededor de 10 puntos por choque. De hecho, en su última temporada en el TBB Trier alemán, el internacional canadiense desde 2004, promedió 9.9 puntos y 2.6 asistencias. Sin duda, una ayuda ante la baja de Radicevic y que ayudaría a los dos bases serbios a mejorar en su juego.

Pero el canadiense comenzó a dejar detalles de lo que ofrecería en pretemporada. A pesar de no desentonar se empezaba a criticar su excesivo manejo de balón y poca dirección a pesar de su acierto desde el perímetro. Pero al empezar la competición sus labores como base no sólo no mejoraron sino que encima empezó a temblarle la muñeca. Sus minutos de reducían en favor del joven Miljenovic que, tras sacudirse la presión inicial, comenzaba a adaptarse al equipo y a la competición.

Se empezaban a vincular bases con el conjunto sevillano como el ex-Bayern Vasilje Micic y se anunciaba en prensa toques de atención por parte del departamento deportivo al de Toronto. Casimiro, que zanja la rumorología acerca de una incorporación aludiendo al nulo presupuesto disponible, lo deja en 5 minutos ante CAI Zaragoza y otros pocos ante el Real Madrid con el partido sentenciado mostrando que el canadiense pasaba sus peores momentos en Sevilla. Aún así, se hace cada vez más fuerte la sensación de que el club tendría que acudir al mercado de fichajes y, ahora sí, comienzan a salir a la palestra nombres sin cesar. A los tanteos a Mekel, Ukic o Fisher (infructuosos) comienza el rumor por hacerse con los servicios de Mo Soluade. Blanco y en botella, Anderson estaba sentenciado.

Tras el desastre en Andorra, donde el canadiense no jugó por primera vez en la temporada, se desmiente el tema Soluade y se dispara el rumor del barcelonista Ludde Hakanson para posteriormente, el 19 de Enero, oficializar la salida del canadiense junto a Slokar de la disciplina sevillana. El jugador "cotonou" no había cumplido las expectativas y se había visto superado por las circunstancias promediando unos discretos 3.3 puntos y 1.1 asistencias. Se marchaba del club de mutuo acuerdo, perdonando las cantidades debidas hasta el resto de la temporada y con el agradecimiento por parte de club y compañeros por su compromiso a pesar de su desacierto y nula aportación en los partidos oficiales.