2004-2005: Vuelta al verde y a la mediocridad
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Pretemporada |
Tras un decepcionante final de campaña 2003-2004, el Caja San Fernando optó por dar un importante golpe de timón y marcar como principal seña de identidad la ambición. El equipo recuperó los colores de sus inicios, allá por 1987, y vestiría de verde en sus encuentros como local. Además empezaría a realizar movimientos para conformar una plantilla competitiva y que acabara con la mediocridad que se había instaurado en la parcela deportiva.
Además, el Caja San Fernando se vería favorecido por la aprobación de la "sentencia Kolpak" que permitía que jugadores de nacionalidades europeas con convenios con la Unión Europea no ocuparan plaza de extracomunitario. Slanina ya no sería extranjero.
El club decidió prescindir de casi todo el juego interior a excepción del búlgaro Evtimov, y mantuvo el bloque exterior siendo Larrañaga la única baja. El Caja empezó a sondear el mercado con intención de formar una gran escuadra. Los dos puestos de americano irían destinados a un '4' que marcara diferencias y a un alero alto. En el cuatro se sondearon a Hopkins o a Lou Roe, MVP de la liga con Gijón dos años atrás y jugador de Etosa Alicante, siendo éste último el elegido. A él se unieron el alero alto, Andy Panko procedente de Girona y el '4' inglés luchador Darren Phillip. Completaría el juego interior Kaspars Cipruss, recién llegado de su cesión en Huelva y con condición recién estrenada de comunitario. Pero la primera sorpresa llegó en el banquillo donde, tras prometer un proyecto a tres años con Aranzana, el pucelano hacía las maletas y dejaba su puesto al entrenador novel Velimir Perasovic.
La pretemporada no fue del todo buena y es que, a pesar de imponerse en los primeros choques a los equipos LEB Andaluces como Los Barrios (82-72) o Huelva (76-73), el equipo cayó en la Liga Andaluza ante Granada (70-79) siendo anfitrión del torneo y sucumbió ante otros rivales ACB con los que compitió: Fuenlabrada (82-61) y Valladolid (67-62), a pesar de superar al Zalgiris lituano (89-85).
Ciertas dudas, aunque espectáculo, antes del comienzo de la temporada con muchas lesiones que complicaron la preparación como las de Raúl Pérez, que apenas pudo disputar de minutos y entrenamientos con el equipo, Cazorla o Lou Roe.
Temporada |
Las dudas con las que el equipo completó la pretemporada no hicieron más que aumentar en la visita del remodelado Unicaja. En la primera jornada los malagueños superaron en San Pablo al cuadro sevillano en un trabajado partido en los que los de la Costa del Sol sacaron a relucir los defectos de los locales. Surgían dudas, aunque aún era pronto para sacar conclusiones.
De hecho, el equipo sevillano reaccionó en los dos choques a domicilio que se aproximaban. Leche Río que presentaba un equipo, a priori, bien reforzado y el Plus Pujol Lleida. El equipo hispalense solventó ambos choques con una pareja destacada sobre el resto: Slanina y Roe. El lituano masacraba desde el perímetro y el norteamericano desde el '4' haciendo de todo ayudando al equipo sevillano a ganar en la prórroga en Lugo y remontar en Lleida veinte puntos.
Pero el Caja mostró su peor cara y despertó un mar de dudas en las siguientes tres jornadas. Fue arrasado en San Pablo por el Etosa Alicante, cayendo por 28 puntos, y perdió con contundencia en Girona. Para colmo, la visita del Barcelona a territorio sevillano dejó otra derrota y la lesión de Santangelo, que en una mala caída se diezmó el hombro justo cuando había arrancado 'on-fire' con tres triples seguidos. Estas derrotas cambiaban el panorama, con el Caja muy abajo en la clasificación (15º con 2-4) y con su base titular lesionado de gravedad.
El equipo emprendía la marcha nuevamente con su directiva buscando un relevo para Santangelo a la desesperada. Ante los contratiempos, el Caja consiguió sumar dos victorias: la primera en Bilbao con un Roe intratable y la segunda en casa ante Pamesa Valencia. Aunque se enderezaba el rumbo el ambiente se enrarecía debido a que Perasovic no acababa de entenderse con uno de los ídolos de la afición, Evtimov. El franco-búlgaro apenas jugaba y a la afición no le gustaba la situación del pívot en un equipo con demasiada irregularidad y un juego que no acababa de enamorar. A todo esto, llegaba Damon Johnson para cubrir la baja de Santangelo.
Esa irregularidad se volvió a traducir en sendos traspiés en Manresa y en Las Palmas de Gran Canaria complicando el primer objetivo de la temporada que era acudir a la cita copera de Zaragoza. Aunque otro golpe de timón cajista volvió a poner las cosas de cara. La mejor racha de la temporada llevó al equipo sevillano a casi tocar la clasificación. Derrotó muy contundentemente a Tenerife, asaltó Vistalegre ganando al Real Madrid en un partidazo con Roe y Slanina comandando las huestes cajistas, triunfó ante Forum Valladolid en un bonito duelo Roe-Demetrius Alexander y superó con comodidad a un Granada en serios apuros clasificatorios (88-107). O sea, que quedando 3 jornadas para el final de la primera vuelta el Caja aventajaba en dos victorias a Unicaja, principal rival para alcanzar la clasificación de Copa.
Pero en esta época de la historia cajista, los sevillanos eran especialistas en complicarse la vida. El Caja cayó ante un buen Estudiantes en San Pablo y aunque Roe y Slanina (57 puntos entre ambos) se combinaron con el mejor Damon Johnson de la temporada para completar un partidazo en Badalona (81-99) en la Jornada 16, quedaba todo pendiente del último asalto de la primera vuelta. Ganar y que no ganara Unicaja, esa era la ecuación.
Y no se dió. El equipo cajista cayó ante un sólido TAU Cerámica, que luchaba en los primeros puestos de la clasificación, a pesar de los intentos de Roe de mantener con vida al equipo. Al día siguiente Unicaja, que iba de menos a más en la competición, conseguía el billete imponiéndose al Forum en el Carpena. A la postre el equipo malagueño sería campeón en Zaragoza.
Con el jarro de agua fría de la no clasificación cuando estaba tan cerca, el Caja inició la segunda vuelta de la peor manera posible, cayendo con estrépito en San Pablo ante Lleida y sucumbiendo ante el FC Barcelona en el Palau. El equipo se deshinchaba, las relaciones en el vestuario no eran las mejores y la afición, enfadada por la oportunidad perdida, veía como se acercaba la posibilidad de otro año sin opciones de Copa ni PlayOffs.
Lo cierto es que el equipo no respondía y tras ganar a Girona en San Pablo, cayó ante Breogan en casa con exhibición de Charlie Bell. Aquí llegó el punto de inflexión que acabó de tirar por tierra las aspiraciones en la campaña. El Caja cortó a Evtimov y lo cedió a Lottomatica Roma por petición expresa de Velimir Perasovic y se contrató a Robert Maras para sustituirlo. En Málaga se perdió y el club perdió la paciencia con el técnico croata despidiéndolo ante las malas vibraciones que transmitía el equipo. O sea, que el equipo se desprendió de una figura que había rendido a la perfección en la temporada anterior por recomendación del entrenador que sería despedido la semana después. La interinidad de Javier Fijo y la llegada de Óscar Quintana al equipo no sólo no levanto el a?imo de la plantilla ni de la afición, sino que acabó confirmando el descalabro hispalense.
El "efecto Quintana" se disipó como la gaseosa, pues dos victorias en sus tres primeros encuentros (Bilbao y Manresa en San Pablo y derrota en Valencia) fueron continuadas por tres derrotas consecutivas ante Tenerife, Real Madrid y Forum Valladolid que dejaban las aspiraciones cajistas de PlayOffs en 4 partidos de diferencia quedando cinco jornadas.
Misión imposible con un equipo que no había logrado la regularidad necesaria en todo el año y que sumó dos victorias más en las restantes jornadas. Nuevo fracaso deportivo en un año convulso por el poco "feeling" entre entrenador y afición por el caso Evtimov y el bajo rendimiento de fichajes clave como Panko, muy señalado por el respetable. La directiva tampoco estuvo a la altura tras realizar movimientos extraños y contribuir a la marcha a la deriva del equipo en una temporada decepcionante tras la ilusión despertada tras la conformación de la plantilla.
El proyecto a tres años había quedado segado de raíz.
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