2001-2002: El experimento italiano
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Pretemporada |
El abrupto final a una dorada etapa, con Javier Imbroda a la cabeza, dio paso a una necesaria reinvención para que la entidad pudiera continuar o, al menos regresara, a los puestos privilegiados de la clasificación. Javier Fijo, sustituto del despedido técnico melillense, dejó paso a Marco Crespi. El italiano llegaba a Sevilla tras ser uno de los técnicos más prometedores y efervescentes en el "pallacanestro" tras sus grandes temporadas en el equipo de la localidad de Biella. Su filisofía era jugar un baloncesto rápido basado en el físico con jugadores exteriores potentes y centímetros y músculo en la pintura.
Paralelamente a las gestiones de fusión de las cajas y el rumor de la nueva denominación de AlCaja para la 2002-2003, el equipo empezaba a planificar la temporada que se acercaba. La primeras peticiones del preparador transalpino fueron sus dos "yankees" del Fila Biella, Antonio Granger y Corey Brewer, con los que había logrado el ascenso a la máxima categoría italiana. Primero, el Caja debería aligerar "zurrones" con los jugadores sin contrato o que no contaban encontrando los Turner, Pedro Fernandez, Romero, Mike Smith o Corrales salida en diferentes equipos ACB.
Kornegay, uno de los puntales del proyecto, marcharía al Europeo de Turquía con España. Mientras tanto empezaban a concretarse las operaciones de Peter Guarasci, Salva Guardia, Steve Hansell y la de Corey Brewer, mientras que Antonio Granger sonaba como refuerzo del Real Madrid, aunque justo antes de iniciar la pretemporada se oficializaba su llegada a Sevilla. Únicamente restaba un pivot, que sería Joey Beard, para completar la plantilla que contaría en pretemporada con las bajas por compromisos internacionales de Peter Guarasci (Canadá) y el mencionado Chuck Kornegay con España.
A la pretemporada se sumarían los canteranos David Fernández y el jiennense Manuel De la Casa, amén del ala-pivot norteamericano Malcom Battles, contratado para la pretemporada. La pretemporada, por tanto, la inciarían: Corey Brewer y Sergio Sánchez, como bases; Steve Hansell y Anderson Schutte, como escoltas; Martin Cattalini, Antonio Granger y Frankie Solana, como aleros; Berni Tamames, Joey Beard, Malcom Battles, David Fernández y Manuel De la Casa, de pívots.
Pretemporada en la que el equipo tuvo muchísimos contratiempos. Tras la llegada de Guarasci le siguió una lesión de menisco que lo dejaba en el dique seco en torno a un mes, Granger estaría una semana de baja tras dejar unas buenas sensaciones y el equipo tuvo que hacerse con los servicios de Mikel Larsen para suplir al canadiense.
Muchos altibajos en la pretemporada venciendo a Melilla (106-65), Granada (80-63), Los Barrios (94-97) y Cajasur (91-50), perdiendo los restantes choques ante Huelva (67-88), Canarias Telecom (80-73), Zalgiris Kaunas (60-74) y Unicaja (95-89).
Tocaba conjuntar muchas caras nuevas y recuperar a muchos "heridos" durante una dura pretemporada. Pero la peor noticia fue, sin duda, la baja de Kornegay tras mucha polémica, negociaciones y problemas con Unicaja con la ACB mediando entre las partes para llegar a una resolución. Finalmente, con varios desplantes de todas las partes, Kornegay en Málaga sin permiso del club, expedientes disciplinarios y una indemnización del equipo malagueño al Caja, el hispano-americano marcharía a la Costa del Sol de manera oficial.
Otro problema a afrontar en la temporada.
Temporada |
El inicio de temporada con la baja de Kornegay, la recuperación de Guarasci y algunos jugadores que empezaban a no ser del agrado del técnico no podía traer nada bueno. En las primeras jornadas el equipo no arrancaba y, además, comenzaba el cambio de cromos de jugadores. El tremendo desequilibrio que mostraba el equipo entre su juego exterior e interior obligó a la directiva a tirar de talonario para contratar a francés Thierry Gadou (debutaría en la jornada 5) y a su compatriota Makan Dioumassi, en el puesto de escolta. Los damnificados fueron Anderson Schutte y Berni Tamames que abandonarían la disciplina cajista mucho después de Mikel Larsen, sólo participante en un partido.
Con todo este trajín el Caja no empezó bien la temporada y sumó tres derrotas en otros tantos partidos que lo colocaban en el pozo de la clasificación. El primero en Valladolid, de manera sorprendente, con un Granger y Brewer que disparaban a un Caja que se gustaba y que se dejó remontar en la segunda parte. Luego en casa, ante Estudiantes, y ante Cáceres en la tercera jornada, a pesar de los 6 triples de Brewer que no pudieron contrarrestar un juego más coral por parte extremeña.
La primera alegría se la dio el Caja en la cuarta jornada, ante el Fuenlabrada, en el espectacular duelo de cañoneros Perasovic-Granger, a la postre, primero y segundo, respectivamente, en la tabla de anotadores de la ACB. A pesar de la derrota ante el Girona del ex-cajista Jason Sasser, el Caja comenzó a remontar el vuelo de mano de sus dos foráneos Brewer&Granger y del italoamericano Beard que encabezaba algunas tablas estadísticas de rebotes y porcentaje de tiros. Con estos mimbres sumó cuatro victorias en seis encuentros (Granada, Breogán, Joventut y Lleida) dando aunténticas exhibiciones como en el Barris Nord ilerdense. Pero el Caja estaba un escalón por debajo de los equipos de arriba, demostrado por Unicaja y TAU que no tuvieron piedad de los sevillanos.
Después de esas turbulencias iniciales el Caja empezaba a verse bien colocado en la pelea por entrar en la Copa del Rey de Vitoria, pero otro contratiempo trastocaba los planes de Crespi. Guarasci, otra vez con su menisco maltrecho, tenía que parar y obligaba a la directiva cajista a buscar un recambio. Sin embargo, empezó el mejor momento del Caja en la temporada enganchando cuatro victorias consecutivas y certificando el pase a la fase final de la Copa del Rey. Victorias de calidad ante Real Madrid o Canarias Telecom en las islas (previo temporal que casi obliga a suspender el choque) confirmadas con otras dos ante equipos en apuros como Gijón o Cantabria Lobos. A falta de dos jornadas el equipo rozaba la clasificación para la Copa.
Y lo cierto es que al Caja le valieron esas nueve victorias con las que contaba para entrar en la Copa, ya que no hubo tres rivales que lo superaran y lo enviaran de la sexta a la novena plaza en la jornada diecisiete.
El club que sondeaba el mercado en busca de sustituto para Guarasci encontraba las negativas de Patrick Femerling (Olympiakos) y de Giacomo Galanda (Fortitudo Bolonia) que no aceptaron la propuesta cajista. Fue Diego Fajardo, ala-pivot español que estaba en el Euro Roseto, el que ocuparía el puesto del canadiense.
Debutaría en el inicio de una desastrosa segunda vuelta. El equipo comenzó venciendo contundentemente a un Cáceres en apuros pero comenzó una inexplicable caída en picado. Sumó sies derrotas consecutivas que lo mandaron a la 13ª plaza en la tabla clasificatoria. La sorprendente victoria ante Unicaja en San Pablo con el mejor Solana de la temporada no impidió otra lamentable racha que mandó al traste cualquier opción cajista de llegar a PlayOffs. 2 victorias en 14 encuentros definía a la perfección una segunda vuelta donde el equipo se derrumbó. Brewer se quedó muy sólo, Beard se tornó en un pivot blando, Granger agotado, Dioumassi y Hansell no aportaban y, por dentro, sólo Guardia y Fajardo aportaban casta, pero poco más ante la desidia de Gadou. Para colmo, jugadores como Cattalini o Solana apenas contaban para Crespi que poco a poco se echaba a la afición encima.
Quedando cuatro jornadas el Caja aceptó una oferta de Virtus de Bolonia de la LEGA para hacerse con los servicios de Antonio Granger que se marchó a Italia siendo sustituido por el alero del Baloncesto Huelva, Carl Thomas. Para acabar el Caja sumó tres victorias, una de ellas condenando al Gijón al descenso, ante Cantabria Lobos y ante Canarias Telecom en un polémico choque donde, con todo el pescado vendido en la temporada y en el partido, Crespi dio unos raquíticos seis segundos a Víctor Pérez, Juan Torres y Manuel De la Casa que hicieron que la afición estallara.
Fue el epílogo de una de las peores segundas vueltas que se recuerdan por San Pablo que no provocó desastres mayores merced a una primera vuelta aceptable. Crespi acabaría fuera de Sevilla tras una temporada muy mediocre en la que se le proporcionó un equipo a su medida desde pretemporada hasta las últimas jornadas. El equipo acusó en demasía su dependencia en los dos americanos, Brewer y Granger, que cuando empezaron a flaquear no encontraron ningún relevo de nivel que mantuviera a flote al equipo. Fue un intento fallido de reengancharse al tren de los grandes en un mal experimento italiano.
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