2014-2015: Comienza la era Jefferson Capital Founding
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El 13 de Junio de 2014 la historia del Club Baloncesto Sevilla SAD da un giro inesperado. Caixabank, propietaria del equipo tras la adquisición de Banca Cívica (grupo en el que se encuadraba Cajasol), decide vender la entidad a un grupo de inversión extranjero, Jefferson Capital Founding, con el norteamericano Jeffrey Meythaller, ex-agente de jugadores, como máximo dirigente y el ex-jugador José Luis Galilea como cabeza visible en España. El grupo de inversión cuenta entre sus filas con diferentes ex-jugadores y agencias de representación de jugadores.
Una vez anunciado el movimiento, donde Caixabank seguiría siendo el principal motor económico durante 3 años, se conocieron los detalles institucionales y deportivos. Tanto Llaneza y Leo Chaves, secretario técnico y director general, respectivamente, abandonan el club incluyendo a nuevos profesionales en el organigrama de la entidad. En cuanto a lo deportivo se anuncia la intención de continuar con la nueva filosofía de curtir jóvenes figuras y formarlas para sacarles rédito económico.
Pero esa continuidad comienza a truncarse. Ni Sastre, ni Bamforth, ni Landry, ni Franch, ni Mata son incluidos en el tanteo y todos ellos se marchan de la disciplina sevillana. Satoransky marcha al FC Barcelona tras compensación económica y, tan sólo, Urtasun renueva uniéndose a los Radicevic, Balvin, Porzingis, Burjanadze, jugadores con contrato en vigor. Con ese panorama Aíto renuncia a renovar su vinculación con el conjunto sevillano y marcha al Gran Canaria.
La prioridad del equipo era encontrar un entrenador y la entidad lo encontró en Estados Unidos desde donde llegó Scott Roth, asistente en la NBA y ex-jugador en ACB. A su llegada empezaron a oficializarse fichajes tras descartarse totalmente los rumores de Campazzo, Grigonis o el "Oveja" Hernández, previos a la venta del club. Jerel McNeal fue el primero y a éste le siguieron Xavier Thames, la promoción de Diego Gallardo, Berni Rodríguez, Pierre Oriola, Derrick Byars (por delante del francés Axel Toupane), Dane Watts y la obtención de un segundo año de cesión de Willy Hernangomez.
Pero justo al empezar los entrenamientos el padre de Jerel McNeal fallece y tiene que marchar a USA. Byars y Watts esperan un pasaporte comunitario o Cotonou que les permita jugar en ACB y Scott Roth es mirado con lupa por irregularidades en su licencia. La no llegada de McNeal obliga a buscar un sustituto moméntaneo y, tras no superar Marcellus Kemp las pruebas, suena Mardy Collins, ex-Olympiakos, aunque no se llega a concretar.
A menos de 10 días para iniciar la competición la ACB rechaza la licencia de Roth y el equipo se encuentra con un entrenador que no puede dirigir los partidos desde el banquillo, McNeal en USA sin saber su fecha de regreso y con los norteamericanos Byars y Watts intentando tramitar un pasaporte que le facilite disputar la Liga Endesa. El equipo muestra buena imagen ante equipos superiores y vence a equipos como Estudiantes en pretemporada.
Finalmente, el club opta por no esperar más a McNeal y se hace con los servicios del ex-barcelonista Jacob Pullen, con pasaporte georgiano, justo cuando el equipo logra la segunda posición en el Torneo de Lisboa tras ganar a Benfica y Trapani y caer ante Obradoiro.
Temporada |
Todos los problemas que se arrastraban en pretemporada llegaron sin solución al comienzo de la temporada regular. Norris se tenía que sentar como primer entrenador, Pullen recién llegado y Byars como americano elegido en detrimento de Watts. El resultado no podía ser otro que una derrota contundente ante un mejor conjuntado Tenerife (87-96). Ya para la segunda jornada si llegaron los pasaportes "Cotonou" de Byars y Watts por lo que este último sería escrito. Pero los demás problemas seguían y la imagen del equipo no era demasiado buena.
El equipo había cosechado cinco derrotas y se encontraba cerrando la clasificación. La lamentable defensa, la nula capadidad en la dirección desde el banquillo, el bajísimo rendimiento de los americanos y los continuos problemas deportivos y extradeportivos con Pullen convertían al Baloncesto Sevilla en un cocktail difícilmente manejable. De hecho, tras la derrota en Bilbao en la jornada 5, un rifi-rafe de Pullen con varios aficionados en las redes sociales fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de los rectores cajistas que dieron con el americano despedido del equipo.
La reacción al despido del base no pudo ser mejor. Dos victorias consecutivas que aliviaban la presión ante CAI Zaragoza y Tuenti Móvil Estudiantes en Madrid. Pero las derrotas ante el Real Madrid en San Pablo y con Obradoiro en Santiago, esta ya con Ben Woodside en plantilla, vuelven a poner en jaque al equipo.
Aquí comienza la semana mágica con las victorias contundentes ante Roma, FC Barcelona y Sluc Nancy daban otro aire al equipo, sobre todo gracias a un imperial Hernangómez que se apuntaba dos MVP en ACB y en Eurocup.
Pero las buenas sensaciones, con el equipo en 16ª posición en liga, se tornaron en trágicas tras encadenar siete derrotas consecutivas. La Eurocup importaba ya bien poco (donde también se sumaban derrotas), y el equipo estaba en última posición en una situación alarmante. El club ya se había quitado de encima a Dane Watts, fichaje y rendimiento absolutamente decepcionantes y sospechosos, pero eso no había impedido que el equipo hubiera caido ante rivales directos como Andorra, Manresa, Fuenlabrada y Guipuzkoa Basket.
Finalmente, el club destituye a Roth, absolutamente incapaz de gobernar la nave cajista y protagonista de una desafortunadísimas declaraciones tras la durísima derrota ante Oostende en San Pablo. Doce derrotas consecutivas había cosechado el equipo en una de las rachas más nefastas de la historia de la entidad que la colocaban como una de las temporadas más complicadas en 27 años en la élite. Los cortes empiezan a hacerse efectivo y el siguiente en salir sería Thames.
El club cerraba a Luis Casimiro, anteriormente destituido en Fuenlabrada, y a Kirk Penney, veterano anotador que se encontraba sin equipo. Mientras aterrizaban en San Pablo, el Caja sumaba otra derrota en Tenerife que dejaba la remontada en las 16 jornadas restantes bastante complicada.
Ya eliminados de Europa, que se había convertido en un estorbo, al "Caja" le sentó bien el cambio en el banquillo. Sumó tres victorias consecutivas ante Valencia, CAI (agónica tras dos prórrogas en tierras mañas con un partidazo de Radicevic) y Bilbao. Se había salido del pozo, el equipo hispalense superaba a Manresa, Andorra y Fuenlabrada en la clasificación.
Pero haciendo honor a la irregularidad reinante en la temporada se vuelve a enganchar tres derrotas consecutivas. En casa ante Murcia y a domicilio ante Fuenlabrada, por un punto cuando ganaba por 7 quedando minuto y medio, y Real Madrid.
Todos los partidos se convierten en auténticas finales y, el club lanza la campaña #SevillaNoSeRinde para intentar hacer de San Pablo una caldera. Contra Estu y Obradoiro se consigue aunque sumando una derrota en el Palau. Pero la visita del Baskonia se salda con derrota tras un nefasto inicio y un intento fallido de remontada en la segunda parte.
La visita a Manresa era clave. Necesitaba remontar ocho puntos y en los momentos finales lo tenía hecho. En la penúltima posesión y ganando por ocho los de Casimiro optan por hacer falta para buscar el triple en la última jugada. Manresa anota los dos libres y Porzingis, tras un partidazo, sobre la bocina no anota el triple. Victoria pero sin el premio del "basket-average", aunque de haber ganado por ocho el "Caja" hubiera tenido ventaja pues tenía mejor average general por lo que la decisión no fue entendida por cierta parte de la afición. Una victoria que se vio refrendada y fortalecida por la sorprendente victoria ante Unicaja. En el partido de rivalidad y con la visita de muchos malagueños a San Pablo el equipo hispalense se llevó el gato al agua en un vibrante choque que Unicaja pudo remontar cuando los locales llegaron a ponerse 15 arriba. Penney frenó los intentos malagueños en los momentos clave.
Al Caja le restaba rematar la faena en otra final, ante Andorra a domicilio. Remontar los casi 20 puntos de desventaja de la derrota de la ida era utópico pero derrotar a los andorranos les metía en problemas y casi dejaba solucionada la papeleta para los sevillanos. Nada más lejos de la realidad, el equipo hispalense mostró la peor cara y no compareció en un pabellón andorrano que celebraba la contundente victoria y la permanencia matemática. Un rival menos y de nuevo en problemas.
Llegaba Gran Canaria y el partido se salda con derrota cuando el equipo cajista tenía en su mano el partido. El equipo sevillano encajó un parcial en contra de 6-32, cuando ganaba por doce puntos y tenía la permanencia en la mano. Como dos años antes el Caja se volvía a ver las caras con el GBC en San Sebastián y con el objetivo de la salvación. Y esta vez no fue Mensah-Bonsu, sino Hernangómez el que con un mate, tras su gran actuación, colocara dos arriba a falta de cuatro segundos al equipo sevillano. Doblas erraba y el Baloncesto Sevilla se salvaba. Los triples empates con GBC y Manresa le favorecían y ese era el peor panorama con el que se podría encontrar el equipo sevillano.
Fiesta ante el Joventut en la última jornada y fin a, probablemente, la peor temporada de la historia en la élite. Nunca se pasaron tantas penurias hasta la penúltima jornada.
Quedaba, ahora conseguido el objetivo, salvar al equipo en los despachos. La desastrosa gestión de Jefferson Capital, con su cabeza visible desaparecida desde navidad, y el tremendo bocado económico a la arcas del club necesitaban de una solución. El verano se presentabla largo, eso sí, con plaza ACB asegurada tras muchas amarguras.
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