1995-1996: La inesperada primera final







Equipaciones


Pretemporada


El primer gran paso atrás en los objetivos cajistas dio paso a una profunda remodelación en las estructuras del equipo. La directiva cajista tomó la determinación de hacer cambios desde el banquillo hasta las direcciones deportivas. De esta manera José Alberto Pesquera, el entrenador del ascenso y consolidación en ACB del equipo, pasaría a los despachos como director técnico. Debería tomar muchas decisiones en un verano que se antojaría tremendamente movido.

La principal intención de la planta noble era conformar un equipo que diera espectáculo para atraer a un público que había empezado a despoblar las gradas de San Pablo. Pesquera se encontró con el primer contratiempo con el acuerdo Azofra-Estudiantes sin que el jugador se hubiera desvinculado del cuadro sevillano. El primer paso deseado a tomar era el de contratar un entrenador y aunque en un primer momento Lolo Sáinz era el objetivo, el entrenador saldría de los Iñaqui Iriarte, Miguel Ángel Martín, Manu Moreno, Jose Antonio Figueroa y 'Aza' Petrovic, siendo este último el favorito por los responsables hispalenses.

La plantilla empezaba a aligerar efectivos ya que Azofra, finalmente, marchaba a Estudiantes, Granger Hall a Salamanca, Brian Jackson se marchaba a Estados Unidos y Chus Llano pasaría a ayudar al equipo de EBA. Los primeros rumores de jugadores apuntaban a Santi Abad del Baskonia y a José Lasa, base del Real Madrid. Tras descartarse Lasa se optaría por un base americano entre Darrell Armstrong, André Turner y Mike Anderson.

Tras varias semanas de negociaciones y de "tiras y aflojas" llegó Petrovic, como base se contrató a Mike Anderson, procedente de Murcia, se renovó a Raúl Pérez, que casi marcha a Unicaja cuando Xavi Crespo estaba apalabrado por el Caja, se contrató a Dyron Nix como cuatro norteamericano, al prometedor Almeida y se completó la plantilla con Warren Kidd, tras una dura negociación y la marcha de Godfread al FC Barcelona, y Juan Carlos Barros.

Se iniciaba la pretemporada y tras la primera prueba en Tíjola (derrota ante Murcia, 90-99) Nix se rompe. Se jugarían los siguientes amistosos en pretemporada llegando Marvin Alexander en la mitad de la misma:

Tíjola. CSF - Murcia (90-99)
Andújar. CSF - USA Big All Star (135-58)
Caceres. CSF - Cibona (79-84)
Caceres. CSF - Panionios (81-79)
Valverde del Camino. CSF - Cibona (84-88)
Bollullos del Condado. CSF - Cibona (74-84)
Sevilla. CSF - Unicaja (75-86)

Pretemporada que dejaba muchas dudas e incógnitas a pesar de la inicial ilusión tras conformar la plantilla que según Pesquera era "la mejor plantilla de la historia del Caja San Fernando". Como problema anterior al inicio de la liga regular Juan Carlos Barros se fracturaba dos dedos y debía estar dos meses de baja.

Temporada


Las dudas traídas de la pretemporada no ayudaron en el debut cajista en la ACB. Ourense tiró de sus norteamericanos para llevarse el debut sevillano en liga sobre la bocina. Tras la derrota el equipo empezó a acoplarse y a progresar en la competición.

Fueron dos victorias consecutivas en San Pablo ante Amway Zaragoza y Estudiantes lo que insufló de moral a una parroquia que no las tenía todas consigo. Pero todo lo intratable que se mostraba como local lo desperdiciaba como visitante. En la jornada seis el equipo sumaba tres victorias, todas en San Pablo, y tres derrotas, todas a domicilio.

Desde la jornada 7 el equipo experimentó una espectacular racha. Petrovic dio con la tecla y de manos de una pareja implacable como Anderson y Kidd el equipo alcanzó la segunda plaza en la clasificación. Gijón, Huesca, Unicaja, Leon y Real Madrid mordieron el polvo ante unos sevillanos en estado de gracia. Una condición de equipo más en forma que sufrió un impasse cuando Manresa derrotó a los sevillanos merced a dos triples de Esteller que remontaban in-extremis el choque. Posteriormente, sería el FC Barcelona el que asaltaría San Pablo por primera vez en la temporada.

Fue en esa semana cuando Marvin Alexander se lesionó de gravedad del talón de Aquiles y el equipo como medida de urgencia llamaría nuevamente a Richard Scott, ala-pivot del conjunto de EBA. Scott, que ya había debutado en la jornada 5 por problemas de Anderson, volvería al primer equipo ante el Joventut.

Y fue desde entonces donde el equipo encontró al complemento ideal de Anderson y Kidd. Aún habiendo cumplido Alexander perfectamente, la irrupción de Scott fue sublime. 35 puntos y 9 rebotes para 39 de valoración en la victoria ante el Joventut y 26 puntos y 12 rebotes en el triunfo ante Girona. El equipo aprovechó este tremendo refuerzo para completar la primera vuelta cuarto tras diecinueve jornadas de liga regular.

La derrota en la última jornada de la primera vuelta dio paso al primer bache de la temporada. El equipo sumó cuatro derrotas consecutivas debido, en parte, a los problemas físicos de Doblado y Montes, que acortaron sobremanera la rotación del técnico croata. El Caja recuperó el pulso ante Taugrés tirando de Jordi Grau, que se encontraba en EBA, para completar la rotación. Desde la victoria ante los vitorianos el Caja sumó seis victorias en siete encuentros, cayendo únicamante en Málaga y superando a Gijón, Huesca, León, Andorra y Valladolid.

Los sevillanos volvían por sus fueros al ritmo que marcaban sus americanos pero comenzó un último trecho de temporada en el que acusó un cierto cansancio. En un par de choques Michael Polite, del vinculado Algeciras, tuvo que sustituir a Scott por leves problemas físicos.

Para acabar la liga regular el equipo completó un 4-5, cayendo ante Real Madrid o FC Barcelona y ganando a Manresa, por ejemplo. De esa racha, los dos últimos choques fueron en San Pablo ante Valvi Girona y Joventut de Badalona solventados con victoria que apuntalaba el séptimo puesto final. El Caja llegaba a PlayOffs para medirse al Real Madrid, segundo clasificado, y con Anderson como MVP de la liga regular y Kidd máximo reboteador.

El favoritismo del Real Madrid en cuartos (al mejor de tres partidos) era patente, aunque los merengues llegaban en una clara crisis institucional y deportiva. El equipo sevillano asaltó el feudo madridista aprovechando un mal partido de su estrella, Joe Arlauckas, que se quedó en 7 puntos y dejó demasiado sólos a sus compañeros Antúnez y Loncar. La tripleta americana cajista lo aprovechó con Raúl Pérez como aliado para llevar la serie a Sevilla con ventaja.

En el segundo partido el Real Madrid no podía fallar y de eso era plenamente consciente Arlauckas que se marchó hasta los 29 puntos. Los merengues, dirigidos por Obradovic, fueron a remolque todo el partido hasta que consiguieron liderar el choque a falta de 3.30. En ese momento, Scott se echó el equipo a sus espaldas y Kidd, reservado por cuatro faltas, salió a por todas. Los sevillanos recuperaron la ventaja y Raúl Pérez aprovechó un error de Antúnez en el epílogo del partido con 88-86 para contragolpear y anotar la definitiva bandeja. Euforia y a semifinales donde esperaba el TDK Manresa, verdugo de los vecinos malagueños.

La serie de de semis (ya al mejor de cinco) fue apasionante y Manresa comenzó machacando a unos sevillanos a los que se les bajaron los humos. 102-70, un claro aviso de lo que los catalanes pretendían. Pero el Caja San Fernando aprovechó la segunda oportunidad para llevarse el factor cancha y gracias a Anderson y a un acertadísimo Raúl Pérez igualaron la eliminatoria a pesar de los esfuerzos de Townes.

Ya en Sevilla, los locales se ponían a un triunfo de su primera final. En un igualado encuentro, los cajistas se apoyaron en Scott y Anderson para abrir un hueco (66-56) a mitad de la segunda parte que sería definitivo (79-69) para colocar el 2-1 en la eliminatoria. Pero TDK era un equipo de calidad y pudo sobreponerse a la presión para devolver la eliminatoria a la comarca del Bagés. Con 11 triples de 17 intentos (6 de ellos de Joan Creus) los manresanos volteaban los pronósticos para acceder a la final llevándose el cuarto encuentro (87-92).

En el quinto y definitivo encuentro, el Nou Congost era una caldera. Los catalanes salieron a por todas pero el Caja San Fernando aguantó de manos de un sorprendente Benito Doblado que acribillaba desde el perímetro el aro catalán. Mucha igualdad hasta el 43-43. A partir de ahí, el Caja tiró de sus americanos y de unos nacionales que aportaron como nunca. Almeida, con pocos minutos en la temporada, respondió a la confianza de Petrovic con 5 puntos y 7 rebotes y David Solé aportó mucha calma en momentos decisivos. Los sevillanos infligieron un parcial de 8-24 que rompió el partido y la semifinal. Los tiros libres del último tramo del encuentro no hicieron más que confirmar el pase a la primera final en la historia de una entidad que no contaba ni con una de década de antigüedad.

En la final aguardaba el FC Barcelona de viejos conocidos como Godfread o Middleton. El Caja perdió en el Palau en el primer partido debido a un mal encuentro de Anderson, que era capital en el rendimiento del equipo. El segundo choque fue más igualado pero acabó con una tremenda polémica. La expedición sevillana cargó duramente contra el arbitraje e incluso Petrovic llegó a declarar irónicamente que en el tercer choque acabaría la liga. Los catalanes llegarían a Sevilla con un 2-0 (78-68, 101-95).

Con San Pablo hasta la bandera se disputaría el tercer choque de la final liguera. Los catalanes iban dispuestos a sentenciar y el Caja San Fernando no podía amarrar (como en toda la final) a Xavi Fernández ni a Karnisovas que no paraban de anotar. Anderson, con 28 puntos al final, no quería que la final acabara aquí pero cuando más caliente estaba el partido sendos triples de Karnisovas, Salva Díez y Galilea tumbaron las aspiraciones cajistas con un Middleton que lo rebañaba todo. Al final la casta cajista sólo pudo dejar el marcador en un honroso 89-93 y el título volaba a la Ciudad Condal.

El sueño se esfumó pero la temporada será recordada como la primera gran aparición de Sevilla en el planeta basket nacional. El Caja, además, había logrado por méritos propios meterse en la Liga Europea y en la temporada 1996-1997 se mediría cara a cara con la flor y nata del baloncesto europeo.

Las claves sin duda fueron unos americanos diferenciales. Petrovic supo complementar a los tres americanos con una bateria nacional que se encargaba de masacrar desde el perímetro, Raúl y Doblado, principalmente, y ayudar en la contención con Carlos Montes. Lo demás quedaba a la magia de Anderson, el poder interior de Kidd y la habilidad y clase de Scott. Ese cocktail llevó a los sevillanos a ser la sensación de la temporada.

Ahora tocaba intentar mantener un buen bloque de cara a otra ilusionante campaña tras una inesperada pero merecida final.



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