Michal Ignerski |
||
|
Michal Jakub Ignerski 13/08/1980
-
Lublin 207cm Alero |
2006-2007 2007-2008 2008-2009 |
ACB | Copa del Rey | Europa |
100 |
1 |
14 |
Liga ACB 2006-2007 (34) |
Copa Rey Malaga'07 (1) |
Eurocup 2008-2009 (2) |
De hecho, el polaco no llegaría a Sevilla hasta finalizar su compromiso con la selección con lo que llegó bastante tarde y su primera aparición ante el público sevillano fue el partido de presentación ante Granada donde dejó una grata impresión. Su primera temporada, la 2006-2007 fue de adaptación, aunque alternó grandes partidos. Mostró un gran tiro exterior y una capacidad ofensiva sobresaliente para un jugador de 2.05. Sin embargo, no se defendía tan bien en las tareas defensivas. Clave en el partido decisivo de cara a la clasificación de la Copa de Málaga con 7 triples, perdió protagonismo tras la destitución de Comas y la llegada de Moncho, que tuvo que tirar de él cuando se produjeron varias lesiones de la línea exterior (Videnov, Cazorla o Suka-Umu). Al final 10 puntos y 4 rebotes en su temporada debut dejando detalles de mucha calidad pero cierta frialdad en algunos momentos de la temporada.
En su segunda temporada de contrato, Magnano sería el encargado de comandar la nave cajista. La temporada 2007-2008, a priori ilusionante, comenzó bastante mal e Ignerski seguía con la tónica de la temporada anterior de irregularidad manifiesta. Cuando Magnano fue destituido volvió a Sevilla el principal valedor del polaco: Manel Comas. El barcelonés volvió a dar galones al de Lublin e Ignerski respondió con sus mejores partidos con la elástica sevillana. Entre las jornadas 25 y 29 promedió casi 18 puntos por partido y fue clave en algunas victorias de mérito como la del Palau ante el FC Barcelona donde Ignerski masacró desde el 6,25 a los culés. Su final de temporada sobresaliente lo llevó a unos promedios de 11 puntos y 3 rebotes tras un inicio bastante dubitativo.
Comas, que continuaría en la temporada 2008-2009, exigió la continuidad del polaco a toda costa y el club ofreció un auténtico contratazo a Ignerski por las siguientes dos temporadas con una opcional. El polaco aceptó y se convertiría en el jugador mejor pagado de la plantilla cajista además de convertirse, junto a Elmer Bennett, en capitán de la escuadra. De nuevo, bajo el abrigo de Comas, Ignerski era un puntal en ataque pero la temporada, colectivamente hablando, no iba nada bien. El Cajasol enfilaba peligrosamente la cuesta hacia la LEB y el club tomó la decisión de dar carpetazo a la continuidad del preparador catalán. Pedro Martínez, que en esos momentos no tenía equipo, llegó a Sevilla con las ideas muy claras. Una larga lista de descartes fue propuesta al club e Ignerski se salvó por no estar entre los primeros de dicha lista y por la tremenda indemnización que el Caja hubiera tenido que pagar. Es por ello que con las llegadas de los Caner-Medley, Tucker, Milisavljevic,... los minutos y el protagonismo de Ignerski se redujeron. Las malas lenguas revelaban que a Martínez no le gustaba la desidía defensiva del polaco y sus evidentes despistes por la falta de atención a los sistemas y su aprendizaje de los mismos. El Caja salvó milagrosamente la temporada pero Ignerski que fue de más a menos acabó con casi 10 puntos y 3 rebotes.
Al finalizar la temporada comenzó el culebrón Ignerski. Inicialmente Pedro Martínez no lo quería y presionó al club para rescindir el contrato del polaco, pero fue el propio entrenador quien no continuaría. Este movimiento, a priori, le daba vida a Ignerski en Sevilla pero la llegada de Plaza volvió a poner al alero en el candelero. Plaza no estaba interesado en su continuidad y solicitó al club su cese. El problema radicaba en el que era el jugador el que disponía de una claúsula de fin de contrato, no así el club. Por tanto, el Caja se vio obligado a realizar una operación poco rentable y muy criticada por la afición. Cajasol abonó al polaco entre 100.000 y 150.000 € para rescindir el contrato y que el jugador de Lublin marchara al GBC de San Sebastián. Tras 101 partidos con el Caja San Fernando y Cajasol, Ignerski continuó su carrera en tierras vascas haciendo un roto al Caja en San Pablo en las primeras jornadas de la siguiente temporada. Luego Turquía, Rusia..., hasta ir a Italia donde volvería a cruzarse con el Cajasol en la Eurocup defendiendo los colores del Dinamo Sassari.
Dejó un rastro de multitud de reacciones a su marcha: muchos encantados con su tremendo potencial ofensivo, otros hastiados por su frialdad y poco trabajo defensivo. Lo que está claro es que el polaco no dejó indiferente a nadie en su paso por Sevilla y se convirtió en uno de los clásicos cajistas del final de la primera década del Siglo XXI.