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Mikhail Mikhailov llegó a Sevilla para suplir la baja por lesión de Alvin Jones en el comienzo de la temporada. La vacante de una ficha le permitió prolongar su vinculación hasta final de temporada en lugar de hacerlo de forma temporal. Mikhailov después de ser un clásico en la ACB, con Estudiantes y Real Madrid como equipos, y pasa por Grecia e Italia llegaba a Sevilla libre, entrenando en solitario en la capital de España buscando ese último buen contrato.

Y tras llegar a Sevilla y ponerse a las órdenes de Gustavo Aranzana se descubrió a un jugador que a sus 32 años llegaba bastante cascado físicamente, con unas rodillas sensibles y con una puesta a punto mucho más lenta que la de sus compañeros. Mikhailov tardó en ponerse a tono y, una vez lo consiguió, comenzó a aportar en labores oscuras del juego. Defender, taponar, intimidar, rebotear eran sus principales labores en el equipo. De hecho, ante Tenerife o Unicaja rozaría la veintena de valoración sin sobrepasar los 6 puntos.

Pero a pesar de contar con bastantes minutos su rendimiento no acababa de satisfacer. Uno de los puntos mas negros del ruso fue desde la línea de tiros libres. Era cuanto menos sorprendente ver como un jugador que en su época dorada anotaba desde el exterior con facilidad tener tantas dificultades para anotar un tiro libre. 27% en tiros libres no era un porcentaje de recibo para un jugador de su caché. Además, la ebullición de Evtimov, sus problemas con Alvin Jones, pelea incluida, el irregular final de campaña y sus problemas físicos le restaron protagonismo en el equipo y en la rotación.

Finalmente, con el equipo fuera de PlayOffs, Mikhailov no recibió oferta de renovación y se marchó acabando en el Ural Great en la siguiente campaña. Llegó a jugar también en equipos de EBA y una vez finalizada su carrera ha sido entrenador en Samara.