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Manel Bosch fue otro de los descartes del FC Barcelona que recalaron en el Caja San Fernando tras ser descartados por el equipo catalán. Manel Bosch llegaba a Sevilla como Salva Díez procedente de Barcelona, pero su fichaje fue mucho más complejo que el del base riojano. La intención de contratar a este completo alero, ex-internacional absoluto con España, no era exclusiva del equipo sevillano. El TDK Manresa y el Unicaja Málaga estaban muy interesados en contar con el ilerdense. Finalmente, Bosch se comprometió por dos temporadas con el cuadro hispalense a razón de 25 millones de pesetas por temporada (según datos de ABC). Su llegada supone la despedida de Raúl Pérez de la disciplica cajista, merced a una buena oferta que éste tenía de Valladolid.

En EspacioLigaEndesa.com Javier Ortiz hace una buena definición de lo que el Caja había contratado: "Era alguien muy difícil de etiquetar. Sin ser un anotador nato, podía hacer daño desde media y larga distancia si se le dejaba un metro. Y también se convirtió en un fiero defensor que ayudaba en aspectos ‘sucios’ como el rebote. No eludía la responsabilidad cuando había que hacerlo, aunque parecía sentirse bien como secundario de lujo."

Su principio de temporada 1997-1998 se vio ligeramente empañada por lo problemas físicos pero su rendimiento era más que óptimo cuando estaba al 100%. A medida que pasaba la temporada y se recuperaba de sus molestias su rendimiento fue "in-crescendo" llegando a marcarse partidos de 18 puntos como ante Girona. Con la llegada de Pesquera se convierte en una pieza clave disputando casi todos los minutos de los partidos y acabando la temporada superando la decena de puntos en el último mes de competición. A pesar de las molestias físicas, 28 partidos con promedios de 9.8 y 3.8 puntos, buena aportación para un jugador que no llegaba con la vitola de referencia.

La siguiente temporada (1998-1999), al tener contrato en vigor, Manel forma parte del Caja San Fernando de los subcampeonatos aunque los fichajes de Smith y Odriozola y la renovación de Anderson Schutte no le favorecen en exceso. Se convierte en un jugador de rotación ya que los principales minutos eran para Mike Smith, perdiéndose algunos partidos por una apendicitis. Sin embargo, Bosch cumple perfectamente con el rol encomendado, eso sí, pasa de ser una referencia anotadora a no superar la decena de puntos en ningún choque. Al final de temporada, promediaría 4 puntos y dos rebotes siendo su partido más destacado el 8+8 y dos robos ante Gran Canaria.

Una vez finalizada la campaña, Bosch acaba contrato y encuentra indecisión en el club a la hora de plantearle la renovación. Dos semanas después de la finalización de la campaña aún no tiene noticias pero Imbroda empieza a convencer al club para que intente contratar a Solana. Con la llegada del catalán, Bosch se marcha a Cantabria, al Lobos donde completaría 2 temporadas abandonando la tercera para volver a casa, al Lleida. Allí acompañaría desde la LEB al equipo a la ACB, cumpliendo otras dos temporadas en la máxima categoría hasta su retirada. Bosch fue un jugador cumplidor, que no destacaba en nada en particular pero no desentonaba en ningún aspecto del juego.