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La tremenda y ambiciosa revolución que pretendía el Caja en la temporada 1998-1999 comenzó desde el banquillo. Tras sondear varias posibilidades y el abandono de Pesquera de la entidad en busca de entrenar, el Caja San Fernando se hace con los servicios de Javier Imbroda. El melillense llegaba tras casi toda una vida en los banquillos de Mayoral y Unicaja y tener una tremenda experiencia internacional al ser entrenador ayudante de Vladas Garastas con la selección de Lituania en Barcelona 1992 y, posteriormente, de Lolo Sáinz en la selección española. Era un entrenador totalmente contrastado.

Imbroda dejó su impronta en Sevilla como uno de los mejores entrenadores que han pasado por el club hispalense. Su filosofía en Sevilla, una férrea defensa que rozaba la perfección y encomendarse a las genialidades de sus americanos estrella. Con esos mimbres Imbroda fabricó el mejor Caja San Fernando de la historia, el de los dos subcampeonatos, el de las nueve victorias en las primeras nueve jornadas, el de menos de 70 puntos encajados por choque. De Imbroda cuentan que era capaz de generar proyectos, de atraer a la gente y de llenar pabellones. Ya lo había conseguido en Ciudad Jardín y lo consiguió en San Pablo. Ese año Imbroda fue nombrado entrenador del año por la Asociación de Entrenadores de Baloncesto

Su segunda temporada en Sevilla fue buena, pero las espectativas eran tan altas que perder en semifinales de Copa y caer en cuartos ante el TAU, en una seria muy polémica en la que Imbroda se quejó amargamente de las presiones arbitrales de Querejeta a los árbitros, sabía a poco. Imbroda había asentado al equipo entre los grandes, peleaba de tú a tú con los poderosos del baloncesto nacional.

Sin embargo, en su tercera temporada se le acabó la suerte. Su tardía llegada a Sevilla tras el Europeo del 1999, la lesión de Turner, el pasaporte que no llegaba de Kornegay, los problemas físicos de Smith, los problemas extradeportivos y judiciales de Corrales desembocaron en un cúmulo de despropósitos que condenaron al Caja desde el inicio de campaña. Para colmo, la Federación Española le ofreció el puesto de seleccionador nacional que el melillense aceptó. El Caja San Fernando, nada deacuerdo en la compatibilización de ambos cargos (por la reciente experiencia), le recomendó no aceptar y ante la desobediencia del melillense le prohibió la entrada a las instalaciones cajistas y lo despidió.

Fue un triste final del entrenador que alcanzó las cotas más altas con el Caja San Fernando, que había enganchado a toda una ciudad al baloncesto y que hasta muchos años después no se volvieron a emular con la llegada a las Eurocup Finals con Joan Plaza.

Posteriormente, Imbroda ganó la medalla de bronce con la selección en el Europeo de Turquía de 2001 y dirigiría a Real Madrid, Valladolid y Menorca con diferente suerte.

1998-99 Mejor entrenador del año. AEEB.
1998-99 Mejor entrenador del año. Revista Gigantes del basket.